Visitar las bodegas cooperativas de la provincia de Alicante permite apreciar la dimensión que alcanza la cultura del vino en la zona, tanto por la profesionalización y tecnificación del proceso como por el mimo al producto o la innovación constante que va desde la elaboración del vino a su packaging. Todo ello conservando y potenciando la tradición con las mejores prácticas culturales.
En estas bodegas, además, se elabora una de las joyas exclusivas de la gastronomía alicantina: el Fondillón. Se trata de un vino añejo natural de Monastrell con más de 10 años de crianza, elaborado solo con las cosechas más excepcionales. El alcohol que posee este vino procede únicamente de su fermentación y de su largo envejecimiento, puesto que en las soleras radica su personalidad. Un tesoro enológico que elaboran solo un reducido número de bodegas.